dijous, 27 de març del 2014

LA ESCUELA DE PADRES, UNA OPORTUNIDAD PARA EL CRECIMIENTO DEL BEBÉ

La llegada de un bebé en el seno familiar supone una enorme responsabilidad. Aparte de la necesidad del alimento, del cuidado o del afecto, es importante tener también en cuenta la necesidad del desarrollo cognitivo. El potencial de un bebé al nacer es inmenso y de la cantidad de estímulos que reciba en los primeros años de su vida dependerá en parte el crecimiento de sus circuitos neuronales. Actualmente, especialistas en distintos ámbitos del mundo infantil (médicos, neurólogos, pediatras, psiquiatras, pedagogos, investigadores...) están de acuerdo en que los primeros años de la vida de un niño son decisivos para el desarrollo de su capacidad cerebral, porque es el período en el que se establecen las conexiones neuronales. Más allá de las funciones básicas que pueden llevar a cabo las neuronas preparadas genéticamente para ello, éstas pueden ser estimuladas para que originen nuevas conexiones. De esta manera se establecen los circuitos o redes neuronales que ayudarán al niño en los procesos cerebrales futuros.

Con el fin de estimular el cerebro del bebé, el médico estadounidense Glenn Doman creó su programa de estimulación temprana. La estimulación trata de dar la posibilidad a nuestro cerebro para que desarrolle todo su potencial: ayuda a aprovechar la capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro del bebé. Proporciona estímulos constantes, mediante juegos y ejercicios que refuerzan sus funciones cerebrales y colabora en la buena organización neurológica del niño. Estos juegos y ejercicios, así como todo este proceso de estimulación, pueden seguirse en la Escuela de padres del Col·legi Montserrat. Creada en 1994, la Escuela de padres ofrece a los papás y mamás llevar a cabo un trabajo individualizado con sus bebés desarrollando la excelencia física en el programa de desarrollo básico de Glenn Doman. Se puede, a través de ella, acceder a los programas de estimulación de una forma participativa y constructiva.

En la Escuela de padres, de acuerdo con el método de Glenn Doman, la estimulación se basa en programas que abarcan tres grandes excelencias: excelencia cognitiva o intelectual (que incluye los programas enciclopédico, de lectura, de matemáticas, de lenguaje musical o de conocimiento de idioma extranjero...); excelencia social (que se trabaja básicamente en el núcleo familiar); y finalmente excelencia física (que incluye el prorama de desarrollo básico, que da la oportunidad de la movilidad: pasar por todas las fases del desarrollo del hombre, desde el arrastre al andar, pasando por el gateo o el deslizamiento por la escalera de braquiación).

Un bebé pasando por la escalera de braquiación en la Escuela de Padres
Veamos algunos ejemplos de lo que se trabaja en la Escuela de padres durante los primeros meses del bebé, antes del año. Por ejemplo el trabajo del equilibrio ofrece diferentes ejercicios para potenciar esta faceta. En las primeras etapas, los padres pueden llevar a cabo actividades vestibulares pasivas: acelerar al bebé sobre un tapete, almohada o manta de juegos. Mover al niño hacia adelante o atrás sin levantarlo del suelo, hacia la derecha y hacia la izquierda, rotación horizontal hacia derecha o izquierda... A partir del medio año de vida, se pueden incorporar nuevos ejercicios para enriquecer la estimulación temprana: moverse con el bebé en brazos por la casa, balancearlo hacia ambos lados... En las actividades vestibulares activas, se pueden trabajar ejercicios básicos como la voltereta, la rotación horizontal y el paso por la barra de equilibrio. Al princio con ayuda y luego de manera autónoma.

Otro ejemplo es el trabajo de la capacidad manual relacionada con la capacidad de escribir. El objetivo final de la capacidad manual es poder lograr la braquiación, es decir, que el bebé se desplace por la escalera de braquiación por sí solo. Gracias a este trabajo se logra la convergencia oculomanual, la expansión del tórax y el desarrollo de los músculos de espalda y hombros. Las actividades adecuadas en una primera etapa manual consisten en trabajar el reflejo prensil: el bebé agarra lo que lo ponemos en la mano. Se trata der dar oportunidades al bebé para que agarre cosas. Ya en la segunda etapa, otra actividad es fomentar que el bebé se agarre a los dedos de un adulto hasta quedar suspendido, al menos durante unos diez segundos. En una tercera etapa se puede incorporar una barra de madera para que el bebé se agarre por sí solo a ella y quede suspendido. Con este ejercicio se fomenta que el bebé pueda coger cada vez piezas más pequeñas. Es en este estadio cuando se incorpora el pase del bebé por la escalera de braquiación. En la última etapa, se trata de que finalmente el bebé sepa pasar solo por la escalera de braquiación: la capacidad bimanual. El bebé irá mejorando la habilidad de cada mano de manera individual y coordinada hasta llegar a la lateralización manual. Esto es posible realizarlo de forma detallada en la Escuela de Padres.

Un último ejemplo es el trabajo de la movilidad. Este proceso implica en el bebé un trabajo de coordinación, respiración y equilibrio muy importante. Se trata de que el bebé tenga una buena organización neurológica y concretamente poder desarrollar las bases prelaterales de toda movilidad. El primer paso es el arrastre: aquí consiste en coordinar los dos hemisferios celebrales para el desplazamiento contralateral en el bebé. El programa se divide en dos partes: sesiones cortas específicas en las que se estimula el movimiento del bebé con canciones o estímulos sonoros; sesiones largas en las que se deja al bebé completamente solo para que aprenda a moverse. El gateo es otro aspecto importante. Para ayudar al gateo se pueden hacer carreras entre amigos, que fomentan esta actividad a través del juego. El último paso es fomentar la bipedestación, primero con ayuda de los padres y luego de forma autónoma. Cuantas más oportunidades de andar, más aprendizaje.

La Escuela de padres es, pues, una posibilidad perfecta para ayudar al crecimiento del bebé. Aparte, ser miembro de la Escuela de Padres incluye algunas ventajas: se puede participar en el cursillo de Estimulación Temprana que hacemos en el mismo Colegio Montserrat; tener asesoramiento constante y seguimiento por parte de las psicólogas del Centro, que pueden resolver las dudas que se planteen a lo largo de todo el programa; poder disponer de las instalaciones, circuitos y material adecuado para el desarrollo de todos los programas; poder participar en los distintos encuentros y talleres que se organizan a lo largo del año; y ser miembros de la biblioteca de la Escuela de Padres.

Para más información sobre cómo pertenecer a la Escuela de Padres, quien esté interesado puede escribir al mail escoladepares@cmontserrat.net.


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